ORIENTAR, GUIAR, ASESORAR...PERO, ¿QUÉ HAY DE MI?

Empecemos por definir brevemente en qué consisten las distintas figuras propuestas, a fin de establecer una comparativa más esclarecedora:

-Coach Educativo: La RAE define el término de procedencia anglosajona "coach" como la "Persona que asesora a otra para impulsar su desarrollo profesional y personal." Por lo tanto, el apelativo educativo desprende que esta labor es la que ejerce este tipo de persona dentro del ámbito escolar, y por tanto, se entiende que buscaría el éxito en términos académicos de la persona o personas asesoradas.

-Tutor: Debido a la multiplicidad de definiciones que la RAE recoge respecto a este término, ocuparemos la 2º, pues es la que se enmarca dentro de nuestro ámbito; el educativo. De este modo, es señalado en el diccionario, que un tutor es aquella "persona encargada de orientar a los alumnos en una asignatura, un curso, una práctica o un trabajo de investigación." 

Por lo tanto, momentáneamente, podemos establecer la similitud de las dos profesiones hasta ahora definidas, en torno a la idea de apoyo o asesoramiento mediante la orientación para conseguir un fin de éxito en el marco educativo.

-Orientador: Por su parte, la RAE traza la definición del vocablo "orientar" como "dirigir o encaminar a alguien o algo hacia un lugar determinado". ¿Y hacia dónde es que dirige el orientador en el marco de la escuela sino hacia el éxito académico? Una vez más encontramos una gran similitud entre las labores hasta ahora aquí expuestas.

-Asesor: Más escueta es la definición tomada de este término: "Dar consejo o dictamen". No obstante, es precisamente mediante el asesoramiento, que los tres anteriores desarrollan el cuerpo de su labor, señalando la dirección hacia el éxito.

-Influencer: "La voz influencer es un anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales. Como alternativa en español, se recomienda el uso de influyente: Cómo ser un influyente en redes sociales. También serían alternativas válidas influidor e influenciador" (RAE).

Pero antes que todo, ¿qué es este éxito al que tanto se alude? Subjetivamente, interpreto este éxito en este contexto, como el acuerdo satisfactorio por el que el alumno que está siendo asesorado y orientado, llegue a conseguir unos determinados logros académicos que han sido fijados por el mismo, y al mismo tiempo, la evasión del fracaso o abandono del camino hacia la consecución de los ya mencionados.

Por lo tanto, si tenemos que establecer alguna diferencia, podríamos resumir señalando que, en primer lugar, el coach es una figura mucho más moderna (al igual que el influencer), y más ajena al entorno educativo tradicional, en oposición a las figuras del orientador y el  tutor. Por otro lado, el asesor no deja de ser todos ellos, pues de alguna manera todos los listados, realizan asesoramiento como herramienta de guía y/o consejo para la consecución de un fin común. Aunque no es menos cierto, que figuras como la del influencer no lo hacen tan explícitamente como los otros, es indudable el poder de influencia que estos ejercen hacia la actitud con la que su audiencia enfrenta determinados asuntos o trámites en su vida.

En otros asuntos, ante la cuestión sobre qué otra profesión se podría mencionar junto a estas, me parece crucial poner en valor la labor del psicólogo. Sin la labor previa de estos para sanar y cuidar de la salud mental de quienes padecen sus demonios internos, no se puede iniciar ningún proceso de asesoramiento u orientación exitoso. Mientras haya sombras en el camino, jamás se podrá ver el camino que te oriente hacia la puerta del éxito. Es por tanto la profesión del psicólogo, una muy echada en falta dentro del centro de primaria, secundaria e incluso estudios superiores.

Finalmente, para la tercera parte de la propuesta de esta entrada se pretende el diseño de un itinerario formativo personal. Para ello, me tomaré a mi mismo para ello (no por vanidad, sino por no implicar a terceros). 

En primer lugar, partamos de la base. En el marco de la educación formal, continuar realizando tu formación encaminada a la labor de la docencia (esa que tienes claro desde hace ya tantos años que quieres desempeñar). Para ello, no dejes que las adversidades interfieran, han sido demasiados años de buscarlo, ganártelo y solidificar tu objetivo, como para que cualquier brisa tumbe el pilar de tu convicción.

Por otra parte, no te exijas tanto, todos tenemos momentos de altos y bajos, y eso es una realidad en un mundo  tan veloz como cruel. Si la pausa es un privilegio, luchemos porque todos podamos darnos el lujo de ser privilegiados cuando lo necesitemos verdaderamente. Al fin y al cabo, vivimos en un mundo donde se exije que alguien que libra unas determinadas batallas personales, asesore a otros con las suyas. Paremos. Detengámonos todos, cuidemos de nosotros mismos y volvamos con energías para cambiar este mundo. Plantear una nueva sociedad. Una utopía realizable donde no volvamos a descuidarnos así.

La receta momentánea hasta que llegue ese día, haz aquello de lo que disfrutas. Lee (aquello que te gusta), sé crítico contigo mismo mas no despiadado, se más paciente y menos visceral; no te precipites. En definitiva, dedica más tiempo a conocerte y a aprender a algo, y eso es... a quererte.

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