PARTICIPACIÓN ESCOLAR, ¿UNA REALIDAD CONSOLIDADA O TEATRALIDAD ASUMIDA?

La participación escolar, esa capacidad del alumnado por formar parte de la toma de decisiones del centro. ¿Es esto una realidad tal como se nos presenta?¿Qué nivel de maniobra y decisión tienen los participantes?¿Se tienen realmente en consideración todas las propuestas? 

Si hay algo que parece evidente y manifiesto, es que la diversidad y singularidad de las necesidades de cada alumno, afecta a la manera en que estos se desarrollan dentro del ámbito académico. Sin embargo, los miembros del alumnado que participan en los consejos escolares, en principio, tienden a ser alumnos con particularidades percibidas como positivas (buen expediente académico, buen comportamiento...). No obstante, sería quizás más oportuno escuchar voces discordantes también. De la autocrítica nace el progreso. Un alumno con desinterés, situación personal-académica compleja o directamente un "niño problemático", en el fondo está interpretando un papel o mostrando su coraza, pero créanme que es el primero que tiene la intención de hablar, participar y cambiar  una situación negativa de la cual es él el máximo y primer afectado. Es por ello, que a la hora de conformar juntas de decisión dentro de las escuelas, sería deseable que el alumnado sea de condición diversa, y que sean los adultos quienes asuman sus propuestas, críticas y demandas mediando en ellas para entender su  motivación y, en última instancia, decidir si proceden o no.


Y si bien estoy hablando de esa falta de diversidad representativa entre los alumnos que forman parte de estos consejos, también me veo en la obligación de volver a señalar la manera en que cada vez los padres de los alumnos se inmiscuyen más en los asuntos escolares. Personalmente soy partidario de sacar a los padres de todo lo relativo a la educación, que es un asunto puramente estatal. La escuela educa miembros de la sociedad, no particularidades ni caprichos de progenitores. Por ello, el hecho de que los padres tengan cada vez más poder de maniobra y acción en este ámbito, supone que las escuelas se lancen piedras contra el tejado propio. Esto es debido a las constantes injerencias que entorpecen el buen desarrollo de los planes educativos, a más de que tienden a creerse con poderes que no les fueron asignados y tienden a ser despóticos y soberbios al dirigirse a los órganos docentes. Mucha crítica ácida, poca capacidad de asumir responsabilidades propias.


Lo siguiente que viene es la dichosa democracia. Lamento bajar a todo el mundo de la nube, pero la democracia, al menos como hoy la concebimos; no es justa ni deseable. Y es precisamente en esta interpretación moderna de la democracia en la que las juntas escolares basan sus principios y se enorgullecen de ello, poniendo en relieve los "valores democráticos" dentro de sus planes de acción. Ya Platón rezaba en La República que "en un barco no debería decidir el más popular, ni las creencias populares, pues no por ser mayoría conocerán el camino", y estoy es hoy más verdadero que ayer en una sociedad con la ignorancia en ascenso por el mal uso de las tecnologías y con un concepto cada vez menos demo de la democracia.

Por otra parte, la ley reza lo siguiente:


Pero, ¿realmente conocen todos los alumnos, que tienen esta opción de participar?¿Realmente se les explica qué derechos y deberes tienen si participan?¿Realmente se promueve la participación de los alumnos? La realidad es que parece que no ocurre como se presupone. Por esto mismo, una de las primeras medidas debería ser la transmisión al alumnado de la idea de que pueden participar, e incentivar esto mismo. Para este fin, la capacidad óptima de transmisión del profesorado, será vital. 

Motivar a los alumnos a participar requerirá, por supuesto, de realizar una serie de mejoras, que pasan por lo ya mencionado. Así, habrá que tener menos en cuentas injerencias externas, comprender y hacer participe a la diversidad del alumnado, y finalmente, replantearse los procedimientos democráticos y cómo se están ejecutando.





Comentarios

  1. Me encanta la manera en la que propones cómo todo el mundo debería poder tener voz y el papel de los docentes de asumir demandas y críticas, cuando tratamos sobre la mejora de la educación en España estuvimos hablando de esto dentro de mi grupo. Estoy de acuerdo completamente en que los padres mejor alejados del aula, y esto no debe suponer que no se preocupen por la educación de sus hijos, pero deben dejar a los profesores hacer su papel. Me ha encantado la entrada y me declaro fan de todas ellas, y los títulos que pones me encantan también.

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    1. Muchísimas gracias Fabio, aprecio enormemente tu comentario tan positivo. Por mi parte, decir que me encanta tu blog mucho también!! Haces un esfuerzo enorme y se ve reflejado en el mismo. Un saludo! :)

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  2. Me parece realmente interesante lo que dices sobre la diversidad del alumnado en el consejo escolar. La verdad es que no había caído en ello, pero tienes toda la razón. Quizá sean precisamente los que no tienen tan buenos resultados ni sean tan populares los que tengan "más cosas que decir", de hecho suelen ser los que menos miedo tienen a las posibles represalias por las críticas que puedan hacer.
    En cuanto a la presencia de los padres en el ámbito académico, coincido contigo en que cada vez se inmiscuyen más y se creen los "jefes" de los profesores, pero discrepo en que la solución sea apartarlos por completo, pienso que lo ideal sería la cooperación entre familia y escuela.
    Buen post!!

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    1. Hola Eli, gracias por comentar y tomarte un tiempo para leer mi blog. Agradezco tu comentario positivo, así como el hecho de que expreses tu opinión, tanto en aquello que concordamos; como en lo que discrepamos. Se me hace verdaderamente interesante y enriquecedor conocer y entender otras posturas. Sigue con el gran trabajo que haces en tu blog también! Un saludo!

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